Estoy convencida de que cada cliente merece ser tratado con respecto, amabilidad, discreción y sobretodo cariño... los años de experiencia me han enseñado que cada persona es diferente pero si llegan a mi mesa de trabajo es porque buscan un buen servicio que esté hecho con gran pasión y dedicación porque lo que no se puede negar es que mi trabajo como el de mis demás colegas es un arte que no todos lo pueden hacer.
Mi entrega a mi trabajo y a todo lo que hago es un reflejo en la calidad. Dicen que "Las uñas son un gusto y un lujo y no una necesidad" pero declinó ante esta mentalidad porque cuando una persona decide pagar por un set de uñas o por algún servicio de mi rubro no lo ve como un lujo sino como una manera de consentirse, amarse, demostrarse amor propio y todo esto va hacia un mismo fin, elevar la autoestima, sentirse bien, presentable y muy especial. Y todo esto lo he entendido con el paso del tiempo.
Llegan siendo clientes cansadas, estresadas o simplemente con ganas de dormir y se van siendo clientes relajadas, tranquilas y contentas.